martes, 4 de enero de 2011

Consecuencias inmediatas de los atentados


El Martes 11 de Septiembre aproximadamente a las 9:00 a.m. hora local se produjo en Nueva York el comienzo del peor de los atentados ocurridos en Estados Unidos desde Pearl Harbor. A partir de ese mismo instante el caos se apoderó de la economía mundial. La globalización de la información provoca, en tiempo real, el mismo efecto en lugares muy distantes del planeta. Nos negamos a creer que está pasando y repetimos una y otra vez el mismo gesto ante las mismas imágenes. La incertidumbre era total y nadie se atrevía a dar una hipótesis sobre lo que podría ocurrir de ahí en adelante en materia económica y política.

Los economistas buscaban en vano precedentes que ayudaran a evaluar el impacto potencial en la economía de una crisis como ésta. El acontecimiento más reciente comparable es la Guerra del Golfo que provocó la recesión de 1990-91. Pero algunos analistas consideraron que esta crisis tendrá efectos más devastadores en los EE.UU., ya que la pérdida de la confianza se vio agravada por las víctimas humanas registradas en territorio norteamericano.

Ningún operador financiero ni ningún analista de ningún banco en todo el mundo sabía qué iba a suceder en las Bolsas. "Todo lo que se puede decir es que el mundo va a ser un sitio diferente a partir de hoy. Es imposible predecir qué va a pasar a partir de ahora", dijo un intermediario financiero en Londres. "Se trata del caos más absoluto", dijo Robin Bhar, un analista de metales y otros productos en el banco londinense Standard Bank. Las repercusiones a mediano y largo plazo de los ataques terroristas en Nueva York y Washington son impredecibles y dependerán, en gran parte, de la respuesta que dé el Gobierno de Estados Unidos, explicaron los analistas financieros consultados por las agencias en una primera valoración de urgencia.

Los primeros momentos fueron los peores. Los inversionistas, convencidos de que las bolsas de todo el mundo se aprestaban a vivir una hecatombe, juzgaron que el periodo de inestabilidad mundial, tanto político como financiero, que se había abierto tras el ataque a Estados Unidos hacía impredecible la situación en las próximas semanas. Buscaban deshacerse de sus acciones a cualquier precio para colocar el dinero en puertos más seguros: deuda pública europea (especialmente la de Alemania), bonos del Tesoro, oro, y monedas como el franco suizo, tradicional refugio del dinero en momentos de incertidumbre.
"El dólar puede dejar de ser la moneda refugio que ha demostrado ser durante décadas, al comprobarse que EE.UU. es vulnerable al terrorismo, y los inversores buscarán otras divisas, como el franco suizo" fueron las palabras de Norbert Walter, economista jefe del Deutsche Bank. Además, pronosticaba que los atentados en Estados Unidos perjudicarán al consumo y acelerarán el camino hacia la recesión en ese país en el tercer trimestre de este año.

En Francfort, el índice principal se desplomó más de un 9% en pocos minutos. Lo mismo sucedía en el resto de bolsas del Viejo Continente, ante el miedo generalizado a que la inestabilidad se extendiera en los próximos días, lo que abría un panorama de consecuencias todavía impredecibles. En todas ellas, el pánico fue de una magnitud desconocida hasta ahora.

América Latina se vio igualmente afectada, la fuerte depreciación de los principales índices activó el mecanismo conocido como cortocircuito, por el cual las negociaciones son suspendidas como forma de prevención ante las turbulencias financieras. La Bolsa mexicana de Valores suspendía sus operaciones a las 9:18 horas, después de perder el 5,16%, hasta los 5.554,10 puntos. Sao Paulo y Buenos Aires tomaban la misma decisión, después de que sus principales índices bajaran el 9,17% y el 5,17%, respectivamente.

En Europa las bolsas permanecieron abiertas con descensos superiores al 6%. Gabriel Domínguez, responsable de la bolsa de Madrid, indicó posteriormente que las bolsas europeas habían acordado mantener los mercados abiertos a pesar de las fuertes caídas que estaban sufriendo, añadiendo que no ocurría algo similar desde la segunda guerra mundial. Al cierre del día Milán sufrió una fuerte pérdida del 7,42%, París se desplomó un 7,39%, Francfort un 8,49%, Londres un 5,72% y Madrid perdió un 4,64%. Y el euro ganaba casi un 2% frente al dólar. El sector mas golpeado fue el de los seguros, las aseguradoras más castigadas en toda Europa fueron Munich Re (la mayor del mundo) con una caída del 18%, Axa se desplomó un 13,3% y Royal.

En la otra cara de la moneda se encontraba el petróleo y las empresas que lo comercializan que subieron como la espuma en los mercados, como consecuencia del temor por una represalia estadounidense en oriente medio, zona en la que se refugia el enemigo número uno de Estados Unidos, Osama Bin Laden, principal sospechoso de los atentados. Lo que representaría la posibilidad de contratiempos en el suministro del crudo. "Las petroleras están ganando y las aseguradoras se hunden, eso es obvio. Pero todo el resto está sujeto a la situación política, y como no sabemos qué va a pasar, estamos vendiendo todo lo que se puede vender", dijo otro intermediario financiero europeo.

El precio del barril "brent"(el petróleo que proviene del Mar del Norte) se disparó en el mercado de Londres tan solo unos minutos después de conocerse que el primer avión se estrellaba contra las Torres Gemelas. En tan solo unos minutos el precio del barril brent en Londres (mercado petrolífero de referencia en Europa) subía en 3,55 dólares (13%), hasta los 31, el mayor aumento de precio que se produce en un solo día desde 1998.

El New York Mercantile Exchange, el mayor mercado de energía del mundo, cerró poco después de las explosiones y no hubo cotización.

Las mayores petroleras del mundo también subían, casi sin excepción, entre un 2% y un 6%. En la Bolsa de Madrid, Repsol YPF era el valor que más ganaba en el día, un 4,59% al cierre, hasta los 18,44 euros. Cepsa, por su parte, aumentaba un 2,54%, hasta los 11,70 euros. Y en Londres, BP Plc., la tercera petrolera más grande del mundo, se llevaba el premio gordo, su cotización aumentó un 6,20%, a 5,96 libras. Royal Dutch Petroleum Co., propietaria del 60% de la segunda compañía del mundo (Royal Dutch Shell), ganó en la Bolsa de Amsterdam un 2,92%, hasta los 61,30 euros. En París, Total Fina Elf aumentaba un 2,75%, hasta los 159, 60 euros. La única petrolera que cayó fue la italiana ENI, que perdió un 0,28%, hasta los 14,26 euros. Las compañías estadounidenses Exxon Mobil, Texaco y Chevron no llegaron a cotizar.

En total, las grandes petroleras cerraron con ganancias cercanas al 4% como media. La especulación desató las críticas del secretario general de la OPEP, Alí Rodríguez, que criticó a quienes "hacen fiesta hasta en las peores tragedias". En todo caso, el cartel garantizó el suministro de crudo

Los analistas coincidían en que es muy probable que los precios del crudo siguieran aumentado mientras durase la incertidumbre internacional creada por este atentado. "El factor miedo es inmenso", afirmó al canal Bloomberg Shelley Mansfield, analista especializada en energía de la ADM Investor Services International. La última gran subida del brent en un solo día se produjo el 23 de marzo de 1998, cuando el crudo se disparó un 13,77% después de que nueve de los 11 miembros de la OPEP se comprometieran a bajar su producción en más de un millón de barriles al día. Esta alza en los precios se suma a la que se produjo en los primeros días de Septiembre debido al conflicto en oriente medio.

Para el día siguiente Wall Street y el Nasdaq permanecían cerrados por segundo día consecutivo. El euro cedía parte de sus ganancias del día anterior al situarse hacia el mediodía en Europa en los 0,9047 dólares. Debido al anuncio hecho por La Reserva Federal de EE UU y el Banco Central Europeo (BCE) sobre la inyección de todo el dinero necesario para evitar un colapso de los mercados.

Efectivamente, para el Jueves 13 de Septiembre, El Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal estadounidense (Fed) se aliaron para calmar los mercados financieros internacionales, ambos organismos acordaron inyectar 50.000 millones de dólares cada uno en préstamos para garantizar las necesidades de liquidez de los bancos. Según el acuerdo, el banco central estadounidense pone a disposición del BCE 50.000 millones de dólares. A cambio, éste se compromete a poner a disposición de los bancos estadounidenses la misma cantidad en euros en un plazo de 30 días. El BCE distribuirá el dinero a cada uno de los bancos nacionales que integran el sistema monetario europeo en función de sus necesidades de liquidez en la divisa norteamericana.

El Consejo de Gobierno del BCE, reunido en Francfort, mantuvo su compromiso claro por hacer lo necesario para que la solidez y la fortaleza del sistema económico estadounidense no se vean perjudicadas. Esa declaración se materializó en menos de 24 horas con una nueva inyección de capital por 63.000 millones de dólares en los mercados para evitar situaciones de pánico en el sistema de pagos. El Banco de Japón aportó otros 17.000.

Las dosis de capital inyectadas para las entidades financieras muestran la determinación de las autoridades monetarias en las dos orillas del Atlántico por evitar que se produzca una catástrofe económica global.

El Viernes 14 el congreso estadounidense decide dar carta blanca al presidente George W. Bush para emplear la fuerza tras la masacre del Martes. Todas las Bolsas europeas se hundieron a mínimos de tres años, con caídas superiores al 4%, ante la amenaza de venganza lanzada por Afganistán, que da cobijo al principal sospechoso de la masacre del martes, en caso de un ataque de Washington. Londres cayó un 3,80%; París, un 4,97%; Francfort, un 6,29%, Madrid cayó otro 4,85% y Amsterdam encabezó la lista con una bajada del 7,25%. La Bolsa de São Paulo también caía más del 5%.

El barril de brent para entrega en octubre subió un 5%, hasta rozar los 30 dólares, en el mercado de futuros de Londres. El precio ha aumentado un 8% desde el día de los ataques.

Ante las malas perspectivas económicas, los inversores siguen refugiándose en valores seguros, como el oro, que subió otro 1,5%. "Ahora mismo hay muchas dudas y el comportamiento de los mercados es aleatorio", explican en Analistas Financieros Internacionales. Hace dos décadas los dólares y los bonos estadounidenses sustituyeron al oro como el instrumento de inversión más recio, pero las consecuencias de los atentados en la economía estadounidense han devuelto la pasión por el metal dorado.

El dólar, símbolo de la mayor potencia económica, perdió fuerza frente al euro y el yen y se cotizó a su nivel más bajo desde los últimos seis meses (1 euro = 0.9247 dólares). El dólar se ha devaluado un 3% desde el día de los atentados. Para este momento, los bancos centrales de EE UU, Europa y Japón han inyectado más de 180.000 millones de dólares en la última semana para garantizar la liquidez de los bancos.

Paul Krugman, profesor de economía de la universidad de Princeton (EE.UU.), se pronunció el Sábado 15. Según él (que entre otras fue el único que predijo la crisis asiática), "la economía estadounidense en tan grande que las escenas del día 11, a pesar de lo abrumadoras que resultan, son sólo un pinchazo". "Nadie ha cifrado todavía los daños económicos, pero me sorprendería que las pérdidas fuesen superiores al 0,1% de la riqueza de Estados Unidos, algo comparable a los efectos materiales de un gran terremoto o huracán".

Para Krugman, contrario a lo que la gente piensa, estos ataques pueden tener dos efectos positivos:
Primero: La reconstrucción de los edificios puede generar inversión por parte de las empresas, la que había caído provocando la ralentización de la economía. Además, Si la gente se apresura a comprar agua embotellada y alimentos enlatados, eso en realidad impulsará la economía. Durante unas semanas es posible que los horrorizados estadounidenses no estén de humor para comprar nada más que lo necesario para las necesidades básicas. Pero, una vez pasada la conmoción, es difícil creer que el gasto de consumo se vea muy afectado.
Segundo: el atentado abre las puertas a algunas medidas sensatas para luchar contra la recesión. En las últimas semanas ha tenido lugar un acalorado debate entre los liberales respecto a si defender o no la clásica respuesta keynesiana a la recesión económica, un aumento temporal del gasto público. Había argumentos económicos convincentes a favor de dicha medida, pero existía la duda de que el Congreso se pusiese de acuerdo respecto a cómo gastar el dinero a tiempo para ser útil; y había también la certeza de que los conservadores se negarían a aceptar dicha medida a no ser que estuviese unida a otra ronda de irresponsables reducciones fiscales a largo plazo. Ahora parece que realmente conseguiremos un rápido aumento del gasto público, independientemente de lo trágicas que sean las razones.

Pero estas predicciones no serían tan ciertas ya que no se preveía el terrorismo por medio del anthrax, ni nuevas amenazas de ataques, ni el temor de la gente a volar, a salir a los centros comerciales, etc. En fin; parece que el efecto terrorista fue menospreciado. Una ilustración para esto podría ser la mínima celebración del día del Halloween; o la reducción de los gastos en turismo, sector que para comienzos de Diciembre presenta pérdidas semanales por 3.000 millones de dólares.

La reapertura de Wall Street se esperó con ansiedad hasta el Lunes 17, un cierre de cuatro días que no se presentaba desde hace 68 años. Krugman también se pronunció al respecto afirmando que "está bien que nuestros mercados hayan permanecido cerrados unos días, dando tiempo a los inversores para tranquilizarse". Se esperaban pérdidas, aunque reducidas por el apoyo institucional.

De todas formas, la Bolsa de Estados Unidos podría reflejar las pérdidas de los miles de empresas extranjeras. Los títulos europeos que cotizan en las bolsas norteamericanas (Nyse y Nasdaq) deberán reflejarse en los mercados estadounidenses después del duro ajuste que han sufrido en esta semana. Por ejemplo, Telefónica cerraba su cotización del pasado lunes en 11,1 euros, mientras que el pasado viernes se negociaba ya a un euro menos (10,11 euros). Esta caída debe incorporarse automáticamente al mercado norteamericano. Una operación que el arbitraje se encarga de hacer de forma muy eficiente, ya que no tendría sentido vender títulos de la operadora española más caros en Wall Street que en la Bolsa española.

Sin lugar a dudas, las grandes damnificadas fueron las empresas de transporte aéreo que inmediatamente vieron caer sus acciones, sus costos se pueden ver seriamente afectados por las subidas del petróleo y el miedo de la gente a volar parece que no se va a desvanecer tan rápido como se pensaba. Las fuertes pérdidas que se arrastraban a lo largo de todo el año, centradas en las empresas de telecomunicaciones y tecnológicas, se han trasladado, tras el atentado, al conjunto del mercado, con especial incidencia en sectores ligados con la aeronáutica, el turismo y los seguros. Así, en este mes, el mercado brasileño registra el mayor descenso, con una caída del 21,85% en su índice Bovespa, seguido muy de cerca por el mercado alemán, que ha dejado el 20,6% de su valor. Lógicamente, los mercados norteamericanos aparecen como los menos castigados al haber cerrado sus puertas tras los ataques terroristas. Así, el índice Dow Jones sólo ha caído el 3,45% en septiembre y el 10,95% en el año. Por su parte, el tecnológico Nasdaq lidera las pérdidas de las principales plazas mundiales al caer en el ejercicio el 41,6%. Mal panorama para el Nasdaq cuando ahora el dinero mostrará aún una mayor aversión al riesgo.

Lo cierto es que los atentados terroristas deterioraron la confianza de los consumidores y de las empresas; elevaron el precio del petróleo; produjeron fluctuaciones imprevisibles en los tipos de cambio, lo que agrava el debilitamiento económico y dificulta establecer tareas acertadas para la recuperación; acentuaron la incertidumbre y la aversión al riesgo.

Las previsiones para Europa también cambiaron debido a la baja en el comercio mundial y la erosión de la confianza. Obviamente que le recesión de Estados Unidos, acelerada por los atentados del 11 de Septiembre, va a perjudicar a América Latina, principalmente en sus exportaciones hacia el que representa su principal socio comercial.

Fuente: http://www.gestiopolis.com/canales/economia/articulos/29/atentados.htm

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